Lupus eritematoso
Fecha de elaboración: noviembre 2025
El lupus eritematoso es una enfermedad inflamatoria crónica y autoinmune. Esto significa que el sistema de defensa del organismo, en lugar de protegerlo, reconoce erróneamente como extrañas algunas estructuras propias (como la piel, los riñones, el corazón, el pulmón, entre otros órganos). Esta reacción genera inflamación y puede producir daño en los tejidos afectados.
- Es más frecuente en mujeres en edad fértil (15 a 40 años).
- Puede presentarse en cualquier sexo y edad, aunque es menos común en varones y en la infancia.
La causa exacta no se conoce. Sin embargo, se sabe que intervienen distintos factores:
- Genéticos: predisposición familiar.
- Ambientales: exposición solar (luz ultravioleta), tabaquismo, infecciones.
- Hormonales: mayor prevalencia en mujeres.
- Medicamentos: algunos fármacos pueden inducir lupus en personas predispuestas.

El lupus puede afectar solo la piel y se denomina lupus eritematoso cutáneo o afectar varios órganos, incluyendo la piel, el cual se denomina lupus eritematoso sistémico (LES).
Los síntomas generales son cansancio, fiebre, pérdida de peso, dolor muscular o articular.
Las manifestaciones en piel se dividen según su duración y características clínicas en:
- Agudas: enrojecimiento en las mejillas y el puente nasal (“eritema en alas de mariposa”), sensibilidad marcada al sol.
- Subagudas: manchas o placas en zonas fotoexpuestas, con bordes bien definidos y descamación fina.
- Crónicas: lesiones persistentes, con placas rojas y escamosas, que pueden dejar cicatriz o pérdida de cabello si afectan el cuero cabelludo (lupus discoide).
El diagnóstico se realiza combinando:
- Historia clínica y examen físico.
- Análisis de sangre general que incluya hemograma, función renal,hepática.
- Análisis de sangre específico con perfil inmunológico: anticuerpos como ANA, anti-dsDNA, anti-Ro/La, entre otros.
- Biopsia de piel u órganos afectados (cuando es necesario).
- Estudios por imágenes según el órgano comprometido.
El tratamiento es individualizado y depende de la forma clínica y la gravedad. Incluye:
Medidas generales:
- Cuidado de la piel: hidratación, fotoprotección estricta con protectores solares FPS ≥ 50, ropa adecuada, evitar el tabaco.
- Hábitos saludables: dieta equilibrada, ejercicio regular, vitamina D y calcio según indicación médica.
Tratamiento médico:
- Tópicos: corticoides e inhibidores de calcineurina (como tacrolimus).
- Antipalúdicos: hidroxicloroquina (primera línea en la mayoría de los casos).
- Inmunosupresores: azatioprina, metotrexato, micofenolato mofetil.
- Corticoides sistémicos: en brotes agudos o enfermedad severa.
- Biológicos: belimumab y anifrolumab han demostrado eficacia en pacientes con LES y manifestaciones cutáneas.
El lupus requiere control médico multidisciplinario, principalmente con reumatólogos y dermatólogos. El seguimiento periódico es fundamental para ajustar tratamientos, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida.
Referencias bibliográficas
- Vale, E. C. S. D., & Garcia, L. C. (2023). Cutaneous lupus erythematosus: a review of etiopathogenic, clinical, diagnostic and therapeutic aspects. Anais brasileiros de dermatologia, 98(3), 355-372.
- Cooper, E. E., Pisano, C. E., & Shapiro, S. C. (2021). Cutaneous manifestations of “lupus”: systemic lupus erythematosus and beyond. International Journal of Rheumatology, 2021(1), 6610509.
- Curtiss, P., Walker, A. M., & Chong, B. F. (2022). A systematic review of the progression of cutaneous lupus to systemic lupus erythematosus. Frontiers in immunology, 13, 866319.
