Fotoprotección
Fecha de elaboración: noviembre 2025
El sol emite diferentes tipos de radiación electromagnética que pueden alcanzar la superficie terrestre, como la radiación ultravioleta (UV), la luz visible (LV) y la luz infrarroja (IR). Si bien la exposición solar tiene beneficios (como la síntesis de vitamina D), una exposición crónica y sin protección puede tener efectos perjudiciales en la piel a corto y largo plazo.
A corto plazo:
- Enrojecimiento o quemadura solar: principalmente causada por la radiación UVB.
- Pigmentación y bronceado.
- Formación de radicales libres: aceleran el envejecimiento celular.
A largo plazo:
- Fotoenvejecimiento: los rayos UVA, que penetran más profundamente, son los principales responsables de la degradación del colágeno y la elastina, lo que se manifiesta en arrugas, manchas y pérdida de elasticidad en la piel. Se estima que hasta el 80% del envejecimiento cutáneo en el rostro puede atribuirse a la exposición UV.
- Cáncer de piel: la radiación UV causa daño directo al ADN celular, lo que puede provocar cambios en las células que favorecen el desarrollo de cáncer de piel. El uso regular de protector solar ha demostrado ser eficaz en la prevención de este tipo de cáncer.
- Trastornos pigmentarios: la luz visible (LV) también puede generar manchas y otros trastornos de la pigmentación, especialmente en pieles más oscuras.
La mejor defensa contra el daño solar es la prevención, a través de una estrategia que combine varias medidas.
⛱ Busca la sombra y limita la exposición directa:
- Evita el sol en las horas de mayor intensidad, que generalmente son entre las 10 a.m. y las 4 p.m.
- Recuerda que los rayos UVA atraviesan los vidrios, por lo que la piel también está expuesta en el coche o cerca de una ventana.
🧢 Utiliza ropa y accesorios de protección:
- Los sombreros de ala ancha, la ropa con fotoprotección y las gafas de sol son esenciales para proteger la piel expuesta. Las telas más gruesas y de colores oscuros ofrecen una mejor protección.
🔆 Elige y utiliza el protector solar correctamente:
- Amplio espectro: busca protectores solares que ofrezcan protección de amplio espectro, no solo contra los rayos UVB, sino también contra los UVA. Las cremas con color que contienen óxido de hierro y dióxido de titanio son especialmente recomendables, ya que también protegen contra la luz visible.
- Filtros:
- Filtros inorgánicos (físicos o minerales): como el óxido de zinc y el dióxido de titanio. Estos filtros actúan principalmente absorbiendo la radiación UV y sólo mínimamente reflejándola o dispersándola.
- Filtros orgánicos (químicos): como el avobenzona. Estos filtros absorben la radiación UV y la disipan en forma de calor.
- Aplicación: aplica el protector solar de forma generosa 30 minutos antes de la exposición. Reaplica cada 2 horas o después de sudar o nadar para mantener su eficacia.
El factor de protección solar (FPS) hace referencia al tiempo requerido para que la radiación UVB del sol provoque un enrojecimiento en la piel. Se compara un sitio protegido por un filtro solar con otro sin protector. Por ejemplo, si se coloca un protector con un FPS 30, demorará 30 veces más en enrojecerse que el área no protegida.
Existen agentes que se toman por vía oral y que actúan desde el interior para ayudar a tu piel a defenderse de los efectos nocivos del sol. Sin embargo, estos suplementos no sustituyen el uso de protectores solares tópicos, la ropa o la búsqueda de sombra. Funcionan como una capa de protección adicional que puede potenciar los efectos de las otras medidas.
Estos suplementos actúan a través de diferentes mecanismos: combaten el estrés oxidativo que causan los rayos UV, reducen la inflamación y ayudan a reparar el ADN celular dañado.
Los agentes más estudiados y utilizados en fotoprotección oral incluyen:
- Polypodium leucotomos (extracto de un helecho tropical): este es uno de los suplementos orales más investigados. Posee potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y se ha demostrado que ayuda a proteger la piel del daño celular inducido por la radiación UV, reduce el enrojecimiento de las quemaduras solares y, en algunos casos, previene el daño que lleva al cáncer de piel.
- Antioxidantes: la vitamina C y la vitamina E son antioxidantes bien conocidos que neutralizan los radicales libres generados por la exposición solar, reduciendo así el daño celular. Los carotenoides, como el betacaroteno, también actúan como antioxidantes y pueden ayudar a reducir la fotosensibilidad.
- Nicotinamida (una forma de vitamina B3): este suplemento es especialmente relevante para personas con alto riesgo de desarrollar cáncer de piel. Se ha demostrado que la nicotinamida ayuda a reparar el daño en el ADN causado por los rayos UV y a reducir la incidencia de nuevos cánceres de piel no melanoma en pacientes con antecedentes.
La respuesta es no. Múltiples estudios han demostrado que el uso regular de protector solar no se asocia con una disminución en los niveles de vitamina D. La exposición solar necesaria para sintetizar esta vitamina es muy baja, y la mayoría de las personas obtienen suficiente vitamina D a través de la dieta, suplementos o una exposición solar casual.
Referencias bibliográficas
- Azim, S. A., Bainvoll, L., Vecerek, N., DeLeo, V. A., & Adler, B. L. (2025). Sunscreens part 1: Mechanisms and efficacy. Journal of the American Academy of Dermatology, 92(4), 677-686.
- Azim, S. A., Bainvoll, L., Vecerek, N., DeLeo, V. A., & Adler, B. L. (2025). Sunscreens part 2: Regulation and safety. Journal of the American Academy of Dermatology, 92(4), 689-698.
- Guan, L. L., Lim, H. W., & Mohammad, T. F. (2021). Sunscreens and photoaging: a review of current literature. American journal of clinical dermatology, 22(6), 819-828.
